miércoles, 27 de febrero de 2013

Capítulo 77º: Compañeros al Rescate



Kira entró en la casa, con su kunai en alto, con las espaldas cubiertas por Homare. Todo estaba tranquilo. La chimenea estaba cubierta por telarañas y los muebles por una gruesa capa de polvo. La madera del suelo crujía y de las paredes caían trozos de pintura. Como la última vez...
-Quédate aquí, Nekokara. He de ir a la biblioteca.

Kauthon fue el primero en moverse. Agarró de los hombros a Hikari y la arrojó contra un árbol. Cuando la chica quiso abrir los ojos, el Makato ya estaba allí, esperando, sonriendo. Golpeó a la chica tres veces en el estómago y agarró su pierna. Giró sobre sí mismo y golpeó la cara de Hikari contra el suelo. La chica hizo amago de levantarse pero no pudo.
Hiroshima aplicó un Jutsu y le salieron otros dos brazos de la espalda. Se vio atacado al momento por Haruka y Bakhi, que, a pesar de luchar bien, poco podían hacer contra aquel imponente genin, que bloqueaba todos los golpes sin apenas moverse.
Netz se plantó frente al otro Nekokara, Hiroishi. Parecía muy poderoso, y su chakra no le resultaba familiar. ¿Acaso no vivía en el barrio Nekokara? Insegura, se puso en guardia.
-No me gustaría dañar a un familiar-dijo Hiroishi-. Pero no pienso quedarme sin la pista.
-No te la voy a dar- ¡Jutsu Secreto, Golpe de Fiereza!
Hiroishi apenas tuvo que mover la muñeca unos milímetros para bloquear el golpe físico de ella. Aplicó tanta fuerza en la punta de sus dedos, que Netz dio una vuelta de campana y se dio de bruces contra el suelo.
Kai y Sam contemplaron a sus equipos ser golpeados por el enemigo, sin saber muy bien qué hacer. La chica, Tsuna, estaba frente a ellos, sonriente, con aquellos piercings brillando. Kai no podía permitir aquello.
-¡Jutsu Espiritual, Agarre Sepulcral!
Del suelo aparecieron varios brazos de chakra y agarraron a la chica, que no se movió ni un poco, ni siquiera gesticuló. Kai miró a Sam y éste asintió. Concentró su chakra en el puño derecho y su brazo comenzó a convertirse en dura roca.
Corrió hacia Tsuna, dispuesto a golpearla y noquearla.
-¡Jutsu Milenario, Pulso del Dragón Violeta!
Las hojas del suelo se estremecieron unos instantes antes de salir ardiendo en llamas moradas. El brazo de Sam comenzó a arder, y las llamas comenzaban a expandirse por todo su cuerpo. Kai se quedó bloqueado. ¡No podían enfrentarse a tres Makato a la vez! ¡Ni si quiera pudieron con Ohiko!
-¡Jutsu Acuático, Conducto de Agua!
De la nada un enorme chorro de agua apagó el fuego y humedeció la tierra. Una sombra cayó al lado de Kai, una sombra que el chunin reconoció como Raijitz. El joven parecía tenso y concentrado. ¿Había venido a salvarles?
Una figura golpeó a Hiroishi Nekokara en el pecho, derribándolo. Soun Nekokara estaba frente a Netz, que estaba herida en el suelo.
-¿Te parece bonito, hermano?-preguntó Soun, mirando a Hiroishi.
-¡No me toques las narices! No te tengo miedo.
Hikari vio la ayuda llegar, pero Kauthon también. Agarró a la chica del cuello y la arrastró bosque adentro. No iban a perder aquella batalla.
-¡Gran Patada de Dolor Eterno en el Enemigo de la Fiera Azul de la Noche!-gritó alguien sobre Hiroshima, que, con Haruka y Bakhi debilitados a su lado, miró para arriba.
Stone Gee caía con una fiereza terrible sobre Hiroshima. Por desgracia, calculó mal y el golpe dio en el suelo. El chico se levantó, agarrándose el tobillo y casi llorando pero, contra todo pronóstico, giró sobre sí mismo y arreó una fuerte patada a Hiroshima en la cabeza.


-¡Detened el ataque!-gritó Tsuna-. Retirada.
Y tan rápido como habían aparecido, se fueron, dejando allí a los tres grupos.

Hikari trataba de liberarse, pero Kauthon era demasiado poderoso. Al final, el Makato la arrojó contra el suelo y agarró un kunai. Se acercó a la chica y le clavó el arma en la pierna, por dentro. En la vena femoral.
-¡Aaah!
-Es una herida mortal. Si no me das la información, en menos de cinco minutos estarás muerta, ninja de pacotilla-Kauthon no parecía bromear.
-¿No crees que se te ha ido de las manos, amiguito?
El chunin de los 4 se dio la vuelta para encontrarse, cara a cara, con un hombre con máscara y cabello blanco. ¿Cómo había aparecido allí sin ser detectado? ¿Aquel chakra...?


-Creo que te mereces un castigo.


Haruka, acompañada por el resto de los equipos, al fin encontraron a Hikari. Estaba pálida y sus ojos parecían muertos. Pero, gracias a las capacidades médicas de la genin y a la comida de reserva de Sam, lograron salvarle la vida a la chica.

Tsuna encontró a Kauthon. Estaba tirado en el barro, con la boca cubierta de sangre y con los ojos cerrados. Hiroshima e Hiroishi estaban a su lado. El ataque había sido un desastre, pero solamente porque no habían querido llamar la atención. Sin embargo, no habían logrado ninguna clave.
-Informa, Kauthon. ¿Qué ha ocurrido?
El chunin Makato abrió los ojos y el resto del equipo retrocedió un paso. Estaban vacíos. No había ojo, y la sangre emanaba por doquier. Abrió la boca, intentando decir algo, pero solamente balbuceaba. 


-¡Rápido, Hiroshima, ayúdale!
-Si no encontramos las partes que ha perdido, no puedo hacer nada.
-¿Qué demonios ha podido hacer esto?-Tsuna cerró los ojos y negó.
Cuando los abrió, sus ojos morados parecieron provocar que un árbol cercano ardiera. Agarró al herido y se lo cargó a hombros.
-Aún tenemos que acabar esta prueba. Vamos.

Kira cerró el libro de la biblioteca, el Diario de Dante, justo cuando las sombras comenzaron a moverse. 


                                                               "El dolor no es más que la recompensa por neustros actos."
                                                                                                                                                 Danzou 
 

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