Kai propuso celebrar todos juntos el éxito de la primera prueba, pero todos declinaron la oferta, sintiéndose cansados y magullados. Tan solo querían llegar a casa y darse una larga ducha.
Bakhi, el extraño muchacho del Clan Rem, acompañó a Netz prácticamente hasta la puerta de su casa, ya que los barrios de ambos clanes estaban prácticamente al lado.
-Ha sido una suerte que nos hayáis acompañado en esta prueba-le dijo cuando estaban llegando a su destino. Sobre su hombro, Kecleon dormía emitiendo una especie de gruñido a forma de ronquido.
-Sí, la verdad es que ha sido mucho más fructuoso siendo seis personas...
Bakhi acarició a su mascota con dulzura, distraídamente. Parecía tan cansado que Netz pensó que ni siquiera había escuchado sus palabras.
-En realidad...-dijo el muchacho-Lo habéis hecho todo vosotros. Nunca pensé que el Ojo de Gato fuese tan útil. Y ese tal Kai... Es muy bueno. Un gran ninja.
-Sí, lo es...-dijo Netz conteniendo una sonrisa al recordar a su amigo.
La majestuosa puerta del clan Nekokara ya comenzaba a vislumbrarse. Netz sintió como todos sus músculos se destensaban al reconocer su hogar. Por un momento, sintió ganas de correr y llegar hasta su cama, dejando a Bakhi atrás. Sin emabargo, el muchacho no pareció percibir sus ganas de adelantarse por su cuenta, y continuó hablando.
-¿Y qué hay de esa Hikari? ¿Qué fue lo que la ocurrió?
-¿Eh?-dijo Netz, repentinamente sobresaltada.
-Ya sabes. Eso de ese tal Ryu... No entendí muy bien lo que estaba ocurriendo, y Haruka se ponía hecha una furia si le preguntaba-se rió por lo bajo, quitándole importancia al asunto-. A esa muchacha no le pega su nombre, ¿eh?*
Netz no se atrevió a reírse con la pequeña broma. Recordar a Ryu hacía que una vieja angustia se desatase por su pecho. Como una postilla que se rompe y hace que la sangre se desborde.
Su primera misión. Lo que tendría que haber sido una chiquillada de quehacer como vigilar a un grupo de niños en el patio de la escuela o sacar a pasear a un par de perros se había convertido en una masacre.
Miró a Bakhi sin darse cuenta siquiera de que lo estaba haciendo. Era como si de pronto pudiera ver a través del muchacho, como si su Ojo se hubiese activado por su cuenta.
-¿N... Netz?-dijo el muchacho, incómodo-Lo siento, lo siento, ¿eh? No quería hacer esa broma. No sabía que fuese algo serio... ¿Te he ofendi...?
De pronto el nerviosismo de Bakhi paró en seco, al igual que su cuerpo. Aquello hizo que Netz saliese de su letargo y dirigiese su mirada hacia donde su compañero estaba mirando. Un poco más allá, el barrio Nekokara entero discutía en medio de la calle.
Se miraron en silencio. Bakhi hizo un gesto de disculpa, como preguntando si debía irse. Netz comprendió su incomodidad, ya que él no era parte de aquel barrio. Sin embargo, le pidió que se quedase. Tenía miedo.
A medida que se acercaban, los gritos de una muchacha se hacían más nitidos sobre los murmullos del resto de sus familiares.
-¡Dejadme! ¡Dejadme! ¡Ha sido todo su culpa! ¡Ha sido su maldita culpa!
-¿Soun...?-murmuró Netz. Bakhi, que se había quedado un poco más atrás, incómodo en un barrio en el que no pintaba nada, asintió con la cabeza.
Ante ellos, dos fórnidos hombres sujetaban de los brazos a su prima, que pataleaba y arañaba tratando de soltarse. Netz se fijó en que tenía los ojos enrojecidos de haber estado llorando... A diferencia de su "enemiga".
-Ya os lo he explicado-dijo Tsuna Makato, inmóvil en medio de la discusión con una expresión ambigua en el rostro-. No sé qué le ocurrió a Hiroishi. Apareció muerto en medio del bosque, estaba yendo por su cuenta y nadie vio nada. Otro equipo de chiquillos le mataría en un descuido mientras trataba de sacarle información. Es culpa de los examinadores si nadie vigiló la prueba.
-¡Cállate! ¡Cállate, maldita zorra!-gritaba Soun con el rostro enrojecido-¡Hiroishi no se habría dejado matar por un grupo de imbéciles! ¡Hiroishi no era un maldito débil, joder! ¡NADIE EN ESA PRUEBA DE MIERDA TENÍA EL PODER DE VENCERLE! ¡TAN SOLO TÚ!
La estruendosa acusación congeló el corazón de Netz. ¿Estaba Soun diciendo que aquella mujer había matado a su propio alumno?
-Soun-dijo una voz severa. Hero Nekokara hizo amago de golpear la pared con el puño cerrado, cegado por la rabia. Su rostro, siempre apacible y amigable, ahora era franca rabia y exasperación. Sus ojos también parecían rojos, aunque disimulaba bastante bien las lágrimas-Cállate. Cállate ya.
Ante tales palabras, Soun pareció calmarse. Dejó de patalear y se dejó caer entre los brazos de aquellos dos Nekokara. Sus rodillas temblaban, y su cuerpo se convulsionaba entre sollozos.
Tsuna Makato observaba la escena con rígida seriedad.
-Bien-dijo mientras echaba a andar hacia la salida-. Yo ya no pinto nada aquí.
Netz miró a la Makato con desconfianza, y luego, sus ojos buscaron de nuevo a Soun. Para su sorpresa, la muchacha se había liberado del abrazo que la sostenía y corría hacia Tsuna con los labios fruncidos y la cólera dibujada en su rostro. Sus ojos amarillos brillaban con una intensidad desconocida para Netz.
-¿Qué es ese... Ojo de Gato?-musitó con desconfianza.
El próximo movimiento fue tan rápido que ni siquiera los hábiles ojos Nekokara fueron capaces de descifrar con exactitud. Sin preámbulos, Tsuna se había girado para golpear a Soun en algún punto del cuello. Segundos después, la chica caía al suelo con un hilillo de sangre cayendo por su rostro.
-¡No!-gritó Kawashina Nekokara, la madre de Soun y el difunto Hiroishi. Era una de las mujeres más bellas del Clan, siempre cuidadosamente arreglada y con una expresión dulce colmando la melosidad de su rostro. Sin embargo, ahora se mostraba demacrada y lívida, presa del horror de haber perdido a su hijo primogénito. Corrió hasta su hija y la abrazó con fuerza, apretando su rostro al cabello de la pequeña. Entonces, comenzó a llorar en silencio. Todos pudieron sentir las fuerzas de Kawashina rompiéndose de pronto, dejando que la tristeza desembocase por su rostro en forma de lágrimas.
Tsuna no dijo nada, tan solo siguió andando. Los murmullos del Clan habían cesado, y ahora solo observaban a la mujer que se alejaba en silencio. Su cabello anaranjado brillaba con fuerza bajo la leve luz de las antorchas.
-No... Madre...-musitó Soun apartando el rostro de su madre de su cabello. Netz se conmocionó al ver que aún tenía fuerzas para levantarse. A lo lejos, se escuchaba el llanto de los niños.
-La mataré-dijo Soun alzando su rostro. Su juramento heló la sangre de todos los allí presentes-Juro que la mataré.
Yo... Ni siquiera fui capaz de salvar a mis hermanos.
Madara Uchiha.
*Haruka significa "tranquila".
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